miércoles, 14 de septiembre de 2011

Gran fútbolista colombiano deja las canchas europea, para no jugar los sabados


Con la imagen todavía fresca de Radamel Falcao celebrando su llegada al Atlético de Madrid, se me cruza otro joven colombiano jubiloso en las noticias deportivas de ESPN, pero esta vez por fichar con Itagüí Fútbol Club, un equipo que apenas ascendió este año a la A, mientras que él viene de jugar con los grandes de Europa.

Algo no me cuadra. Mientras la mayoría de futbolistas colombianos sueña con irse a jugar al Viejo Continente, este samario de un metro con 75 centímetros de estatura, 70 kilos de peso y nacionalidad suiza viene con sus guayos en contravía. Parece una broma.

Vuelo directo a Medellín para hablar con Johan Vonlanthen. Los suizos no entienden la decisión de “Joa” – así le dicen–, no se resignan con su partida y todavía protestan con titulares de prensa. Blick, un diario muy leído en ese país, escribe con rabia de pasquín en sus páginas: “El niño maravilla del fútbol suizo decidió regresar a su país natal. En vez de jugar en equipos como Bayern Munich o Arsenal prefirió ir a una república comandada por el narcotráfico”.¿Cuándo se dedica a las alabanzas?

Yo creo que empecé en el 2008.

Tres añitos lleva. ¿Por qué quiso cambiar?

Cuando me fui a Holanda, de 17 años Aunque no tuve dificultad con los compañeros del equipo, me sentía muy solo. Vivía en un apartamento y lloraba en las noches. Mi mamá muy pocas veces me venía a visitar porque ella estaba en sus cosas en Suiza con Aaron, un hermanito menor que nació.

¿Deprimido?

Sí, aunque no me estaba yendo mal y todo me estaba saliendo bien, no era feliz, me faltaba alguito. Fue cuando comencé a escuchar y a estudiar la Biblia con una mujer que era adventista.

¿Cuándo viene el cambio?

Eso fue gradual y aunque mi vida andaba así también con novias, fiestas y mucho entrenamiento, comencé a estudiar y a leer la Biblia. Cuando las cosas iban mal, me arrodillaba y empezaba a rezar.

Hoy en día usted es adventista.

Sí, adventista.

¿Qué quiere decir eso?

Hay dos grupos. Uno que acepta a la Santísima Trinidad y otro que no. Yo estoy en los que no.

¿En qué creen ustedes?

Creemos en un Dios padre y en su hijo Jesucristo, creemos que Jesús es el Espíritu Santo y creemos que los mandamientos de Dios están vigentes, son cruciales para la vida del ser humano.

¿Estas creencias cómo cambiaron al jugador de fútbol?

Cuando comencé a saber y a profundizarme en lo que es el sábado, que es el día del Señor, comencé a ver lo que es el séptimo día. Ahí fue cuando me enteré de que el día sábado bíblico es el día de reposo y comencé a ver que en ese día había una bendición, una santificación diferente a cualquier otro día, y cada vez que iba al campo los sábados era más difícil, sabía que estábamos haciendo mal en jugar o trabajar el sábado.

¿Cómo lo tomaron en los equipos donde jugaba?

Eso chocó mucho. Entrar en lo del sábado me causó un freno en mi carrera futbolista. Te explico: a los 20 años comencé a hablar de que el séptimo día no era el domingo sino que era el sábado del Señor. No es que yo le dijera al técnico que no, pero ellos sabían que a mí me molestaba.

¿Igual usted jugaba los sábados?

Sí, jugaba por respeto al contrato. Cuando me prestaron del Red Bull al Zúrich, en el 2009-2010, jugué Champions League. Creo que fue el mejor año que tuve, marqué 17 goles en total, con los goles de la Copa Suiza, pero no podía jugar más el sábado y me fui donde el presidente del equipo y le pedí que me dejara los sábados libres, pero su respuesta fue que no porque en Suiza casi todos los partidos son el sábado. Me dijo: “Si nosotros tuviéramos 30 partidos en domingo y 6 partidos el sábado, te daríamos el sábado libre, pero como en Suiza tienes 30 partidos el sábado y 6 el domingo al año, no estarías jugando”.

¿Y ahí termina todo en Europa?

Viene el Mundial de Fútbol en 2010 con la selección Suiza y me lo pierdo por una lesión que tuve en los meniscos. Me regreso a Austria, me recupero y comienzo a trabajar con el equipo. En junio se me terminó el contrato con el Red Bull, tenía ofertas de muchos lados, en Francia, en Suiza, en Rusia, en Grecia para seguir. El salario iba a ser muy bueno pero yo no quise, para hacerle caso a Dios.

¿De no jugar los sábados?

Sí, ese era el motivo.

¿Cómo llega entonces la propuesta de Itagüí? ¿Usted la buscó?

Yo le dije a Milton, mi papá biológico, que me quería venir a Colombia porqué acá se juega los domingos y miércoles, y sólo a veces los sábados.

Usted vino a meter goles, porque eso es lo que le pidió el presidente del Itagüí.

Sí, me pidió goles y el entrenador también, incluso me dijo una cifra clave y, bueno, tengo que trabajar para esa cifra.

¿Una cifra en goles?

Sí.

Dígamela.

¡No!

¿Me cabe en las manos?

No le cabe en las manos.

¿Y es una cifra en todo el campeonato?

Sí, en todo el campeonato.

¿Me cabe en las manos y en los pies?

No. ¡Hasta ahí!

¿Su gran vitrinazo hacia Latinoamérica fue la Eurocopa 2004?

Eso fue jugando con Suiza, yo tenía 18 años y le hice un gol a Francia, ese fue el gol más joven de la historia en Europa.

¿Ahora volvió a su origen?

100%.

¿Y cómo se siente de regreso?

Me siento libre acá, libre de verdad, puedo ser como yo soy, acá cuando hablo con los chicos todo se me viene a la cabeza otra vez y eso es muy sabroso.

Para la gente que no entiende y piensa: “este señor está loco, ¡cómo dejó Europa si el sueño es jugar allá!”. ¿Usted qué le dice?

Si quieres ser más famoso, tener más plata, si quieres tener tu vida lujosa, Europa es el destino, claro está. Pero el que organiza su vida con lo que tiene puede vivir muy tranquilo en Colombia o donde sea.

Y eso fue lo que decidió.

Claro. Es algo que no te puedo explicar, me siento muy bendecido con lo que tengo, mi esposa, mi hijo, mi casa. Querer más sería demasiada vanidad.

Va a ganar menos pero va a ser más feliz.

Yo me siento muy contento con lo que tengo y como estoy y lo que gano acá. En Suiza tuve una entrevista hace poco, y ellos sacaron sus cuentas de lo que ganaba allá y lo que voy a recibir ahora, entonces yo les respondí igual, que el dinero es lo de menos al venir acá, es más por mi felicidad.

¿Hasta cuándo el fútbol?

Hasta cuando Dios me lo permita.

¿Hasta cuándo Colombia?

Por mí, para siempre.

¿O hasta que llegue un contrato de Brasil o Argentina?

No sé, porque mis planes están en este momento acá, poner los pies firmes en Colombia de nuevo y demostrar mi fútbol, todo lo demás que sea después.

¿Para usted qué es la fama?

Nada importante.

Algo que extrañe de Suiza.

Mi familia, mi madre, mis hermanos, todos tienen allá su vida organizada.

¿Un deporte aparte del fútbol?

Tenis y golf. El golf porque es un deporte de reubicar toda la energía. Y el tenis porque teniendo a un Roger Federer, viéndolo en Suiza jugar, te dan ganas también de jugar.

¿Qué queda del samario que lleva adentro?

El manguito verde con sal y limón.

Jairo Dueñas Villamil

1 comentario:

  1. excelente Dios bendiga ha este jugador, ese es un verdadero testimonio de fidelidad, dejarlo todo por Cristo. Bendiciones

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